Rosa Parks

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El día 1 de diciembre de 1955, Rosa Parks de profesión costurera, encendió la llama que alumbra desde entonces el largo y al parecer interminable camino por la defensa de los derechos civiles en Estados Unidos, primordialmente.

Los hechos:

Ese día que parecía uno tan cotidiano como cualquier otro, ella abordo el autobús del servicio público que la llevaría a su domicilio.

Debido a la estricta segregación racial, los asientos delanteros de los autobuses se encontraban destinados a los pasajeros de tez blanca, los de atrás para la tez oscura, mientras los del centro podían ser usados por los segundos siempre que los primeros no los necesitaran.

Rosa se sentó al centro del autobús, hasta que más adelante, con la parte delantera ya ocupada, al subir un pasajero de tez clara el conductor le solicitó a quienes estaban en el centro del vehículo, que se levantaran para ceder su asiento, las otras tres personas acataron la solicitud, pero Rosa se negó y continúo rehusando aun cuando fue amenazada por el chofer, con llamar a la policía. Comportándose en todo momento de manera pacífica, siguió firme en su postura, de modo que fue arrestada.

Eso fue suficiente para que sus compañeros de lucha entre ellos el posteriormente muy conocido pastor, Martin Luther King convocaran a la población afroamericana a un boicot contra la línea de autobuses de Montgomery, Alabama, lugar del incidente. 382 días después la Suprema Corte dictaminaba que esas prácticas de segregación, eran inconstitucionales. La larga lucha por reivindicar los derechos de seres humanos, cuyo único delito ha sido tener más melanina en su piel, había tomado rumbo finalmente.

¿Qué lección podemos tomar de esta historia?

En principio de cuentas

¿Quiénes somos nosotros los mortales, para discriminar o esclavizar a nuestros hermanos, tengan el color de piel que tengan?

Dios nos creó a todos a su imagen y semejanza:

“Y crió Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo crió; varón y hembra los crió”. — Génesis 1:27

Es triste ver como durante siglos con objeto de justificar y hacer permisible la esclavitud se intentó quitar la condición humana de quienes a ojos de Dios nuestro Señor, son nuestros hermanos.

¿Cuál es la necesidad que tenemos de menospreciar a los demás para hacerles daño

¿Acaso no escuchamos los nuevos mandamientos que nuestro Señor Jesucristo nos dejó?

“Un mandamiento nuevo os doy: que os améis unos a otros: como os he amado, que también os améis los unos a los otros”. Juan 13:42

Nadie debería luchar por el derecho que todos tenemos a ser tratados con respeto y dignidad, pero la historia de la humanidad nos da cuenta del triste estado de indolencia en que nos encontramos. El salvador nos dejó clara cuenta de ello:

“Cristo nos libertó para que vivamos en libertad. Por lo tanto, manténganse firmes y no se sometan nuevamente al yugo de esclavitud”. — Gálatas 5:1

En casos como este produce gran alegría ver lo que un grupo unido en la aflicción y en la determinación, puede lograr de modo pacífico.

“En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz”. — Santiago 3:18

De ese modo debemos luchar por mantenernos unidos a Cristo, con voluntad férrea, en el silencio de nuestro hogar o de nuestro corazón, siguiendo sus sagradas leyes; respetándolo a él, a nosotros y nuestros valores, así como a nuestros semejantes. Alabado sea Dios por siempre.

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